Fue la dulce risa de mis mañanas,

y el abrazo de la luna.

 

Fue el desayuno de yogur con muesli

y el café que nunca tomé.

(odio la cafeína)

 

Fue la mano que me ayudó a escapar

y el ala del avión que me vio marchar.

Fue el billete de partida

y la estación equivocada.

 

Fue el mes de marzo,

el número 9

y el mejor año de mi vida.

 

Fue el pelo castaño que acariciaba mi almohada.

Nuestra almohada.

 

Fue el azul de sus ojos

y las pestañas que escondían su secreto.

(ese que solo unos pocos sabemos)

 

Fue Londres,

Japón,

Madrid,

Gran Canaria,

Menorca,

Fuerteventura,

Escocia,

Oxford…

Fue todos los sitios del mundo

donde me tomé una coca cola light.

 

Fue la luz que dio chispa a mis ojos,

por aquel entonces me llamaban «chispita».

 

Fue el vestido que nunca tuve de fin de año

y las mejores navidades de mi vida.

 

Fue el frío invierno

y la primera vez que toqué la nieve

con la punta de la nariz.

 

Fue el guía de mi destino

y la llave de mi profesión.

 

Fue el sueño de las nubes

y el destino que la vida tenía para mí.

 

Fue la visita inesperada,

el beso robado improvisado,

Boby el guardián de la princesa

y el castillo de la foto.

 

Fue la canción que los dos escribimos

y la partitura que tiramos a la basura.

 

Fue la piel que me hacía el amor cada noche

y en cada esquina de este puñetero mundo.

 

Fue la cesta llena de la compra

y la ridícula nevera de la cocina.

Fue el vaso de coca cola cero.

(yo siempre fui la light)

 

Fue la comprensión a destiempo

y el apoyo incondicional de mis sueños.

De mis metas.

 

Siempre creyó en mí.

 

Fue el anillo tatuado de Calvin Klein

y la promesa de que siempre íbamos a amarnos.

 

Fue Fresa y Coco

aunque siempre fue más Fresa.

 

Fue la tranquilidad de mi padre

y el «todo llega cariño» de mi madre.

 

Fue el motivo de mi felicidad

y de mi infelicidad.

 

Fue la lágrima que nunca supo entender

y mis reproches diarios.

Fue la persona que me dio de la lado

cuando más lo necesité.

 

Aún puedo escuchar el eco de mis gritos.

 

Fue el motivo por el que hoy

tengo el alma rota y el corazón sumamente herido.

ROTO.

 

Fue el motivo por el que odio

a las princesas de Disney

y el motivo por el que he dejado de creeer.

 

Fue para mí y siempre será

mi alma gemela.

Y a pesar de todo,

FUE…

 

Porque hoy,

dejo que se vaya de mi lado para siempre.

2 comentarios en “Fue.

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