Nosotros no vamos a enamorarnos.
No vamos a prometernos amor eterno,
ni siquiera vamos a tener ninguna cita.
Nosotros no diremos que somos la media naranja del otro, ni encontraremos en nuestros ojos esas respuestas que durante más de media vida, llevamos buscando sin éxito en pergaminos desgastados de recato. Nunca necesitaremos el uno del otro y cuando hagamos el amor no me mirarás fijamente y me dirás que «soy la mujer más increíble con la que has estado jamás».
Nosotros no nos diremos Te quiero, ni me bajarás la luna como sello ostentativo de lo mucho que me quieres. No celebraremos aniversarios, ni me regalarás flores por San Valentín. Ni nunca.
Nosotros no haremos todo lo que hace el resto. Así les va.
Y así…nos ha ido.
Nosotros no mimetizaremos nuestra esencia en uno, porque siempre seremos dos: Tú y yo. Nosotros jamás dejaremos de hacer lo que nos gusta para complacer al otro, ni renunciaremos a ningún verbo que nos haga reír. Que nos haga ser nosotros mismos. Nosotros no nos tendremos que pedir permiso para SER, ni surcaremos mares imposibles de soles, que jamás verán la luz de las nubes. No le pondremos nombre a las estrellas ni nos escribiremos poemas. Jamás me regalarás una alianza para yo orgullosa, llevarla puesta y decirle a mis amigas lo mucho que me quieres. No tendremos una lista de canciones, ni bailaremos bajo la lluvia mientras otros se resguardan del frío en sus casas.
Nosotros no vamos a casarnos, ni tendremos ideas románticas de príncipe y princesa. Nosotros no seremos dos locos enamorados que quieran recorrer el mundo de la mano, ni haremos de cada beso un pretexto definido de juramentos que jamás cumpliremos. No descuidaremos nuestro aspecto ni esperaremos a separarnos para volver a estar en forma, para salir con nuestros amigos y para divertirnos el uno sin el otro.
Tú no serás mi posesión.
Ni yo la tuya.
Miraremos todos los culos que nuestros ojos curiosos quieran.
Y reconoceremos belleza con admiración, en otros cuerpos, en otros cabellos, en otras personas como tú y como yo. Sin que eso signifique nada más.
El respeto siempre será nuestro unión conexa y si algún día se despista o falta, daremos todo esto por terminado. La confianza será nuestra mejor amiga, donde aún sin contarnos todo, sabremos que no hará falta. Porque tú y yo jamás nos daremos explicaciones de nada ni de nadie.
Nosotros no le demostraremos al mundo lo mucho que nos queremos, ni libraremos mil batallas. Solo entre sábanas. No seremos Romeo ni Julieta y tampoco dibujaremos corazones en cristales que alguien una vez rompió. Nosotros no necesitaremos de velas y vino para hacer de una cena, la cena más especial del mundo ni nos torturaremos por ser lo mejor de lo mejor en cada uno de los pasos que demos juntos y separados.
Porque lo bonito de nosotros dos es que siempre, seremos dos.
Nosotros no vamos a tener siempre ganas de vernos ni de regalarnos por Navidad. No seremos fugitivos ávidos de mentiras, porque engañarnos no supondrá ni siquiera un pensamiento previsto. No tendremos que fingir, ni disimular sonrisas, ni abrazos vacíos. Con un «no gracias» bastará. No tendrás que buscarme un apodo ñoño, llámame por mi nombre. Tampoco tendrás que aprenderte de memoria mis lunares ni mis pelis favoritas. No tendremos que impresionarnos, porque ya para eso están los superhéroes y las superheroínas. Nosotros siempre nos sumaremos y el día que dejemos de hacerlo, seguiremos siendo tú y yo con la diferencia de que ya un nosotros no cabría en el diario de encuentros.
No tendrán que caernos bien todos nuestros amigos.
Nosotros no disfrazaremos que todo va bien y seguiremos juntos porque llevemos media vida estándolo. No tendré que buscar consuelo en brazos de otro perfume, ni tú, placer entre otras piernas.
Nosotros haremos el amor y follaremos.
Según el día.
Nosotros no iremos de perfectos, ni barreremos nuestras miserias bajo la alfombra del salón. No nos reprimiremos el hambre ni los pedos. No tendré que maquillarme siempre que vaya a verte y tú, podrás dejarte la barba como te de la gana.
Nosotros no llegaremos nunca primeros en una carrera porque somos de esas personas, que prefieren perderse en los infinitos detalles que esconden los árboles más sabios del bosque.
No tendrás que bañarme en mil halagos, ni tendrás que hacerme sentir la persona más bonita del mundo.
Y es que si algún día nos prometemos una vida juntos y amor eterno, nos habremos fallado.
Porque desde ese día nos habremos mentido. No sabemos qué pasará mañana y esa promesa es solo una idea romántica e injusta que aunque sintamos querer mantenerla en el tiempo, el amor es también volátil, como lo es la idea de amarnos por siempre.
Es leonino que para que algo sea de verdad, ha de ser eterno.
Las flores no están para arrancarlas, están para admirarlas.
Las promesas no se escriben, ni se repiten, ni se dicen. Se demuestran con el tiempo, con el pasear de un vaivén de sentimientos veraces que no necesitan de más disfraz que el de una honestidad de sonrisa humana. De sonrisa corazón.
Nosotros seremos distintos a los demás. Porque lo que veo ahí fuera no me gusta. Porque como se quiere hoy en día la mayoría de las parejas es mentira y de #postureobarato. Porque si me prometes ser la más bonita de lugar no te creeré pero si tus ojos me lo demuestran, estaré a tu lado hasta que mis ojos se cansen de respirar.
Nosotros nunca seremos como los demás,
ni nos amaremos como lo hace el resto…
-¿Verdad?
-Verdad cariño.

Aporta tu granito de arena en Floricienta.