La vida es un continuo aprendizaje de trazos inacabados. Mapas imposibles de descifrar que en ocasiones nos lleva a ninguna parte. Caminos angostos llenos de espinas rotas. A veces rosas y a veces nubes de algodón que en un descuido terminan esbozando precipicios imposibles.
Un sinfín de pretextos, de primaveras inacabadas que hoja a hoja despuntan cada una de las margaritas que a rastras, trajo el último invierno.
Como duele descubrir que América no era más que una mentira bruja que te hechizó hasta el más pequeño músculo de tu cuerpo.
Cuando eres un ser valiente el precio que pagas por brillar es muy alto. Durante tu viaje, durante tu búsqueda, serán muchas las «Américas» que jugarán a ser Continente. Hienas vestidas de seda que fingirán amistades orgásmicas dejando hueco cada uno de los ventrículos de tu corazón. Idas y venidas de personas que querrán mostrarte un camino que aunque si diese marcha atrás volvería a recorrer, mejor no lo hubiese conocido. Personas que conformarán una parte amarga de tu historia, tiñendo en versos caducos las líneas que mientras escribo, se desdibujan para siempre en tu olvido.
Porque ya no te quiero más a mi lado.
Ni siquiera en el recuerdo de los trazos que hoy, sonríen tu ausencia.
Me enseñaste algo muy importante. Algo que hasta yo misma había olvidado. Me enseñaste a amarme de principio a fin. A cicatrizar en cura, heridas que una vez me supuraron hasta la última pestaña. Me enseñaste a que yo realmente nunca fui como tú y me enseñaste que la compasión era la mejor arma con la que podía dispararte. Con la que podía perdonarte. Me enseñaste a amar sin condición, a quererte a pesar de tus malas intenciones. Y me enseñaste que realmente yo era y soy un ser maravilloso. Una huella indecorosa en tu expediente. Un ángel al que por mucho que quisieras matar jamás, PERO JAMÁS, lo conseguirás.
La luz siempre será luz.
Ármate de valor y de ganas. Descubrir América lleva su tiempo y muchas decepciones en la espalda. No será bonito pero créeme, merece la pena. Viaja en un barco fuerte, sólido, ávido de dragones y de caricias de sal. No tengas miedo. El escudo de tu corazón siempre será más fuerte que cualquier huracán. Que cualquier mal. Porque aunque muchas veces me niego a mí misma la idea de «personas buenas» y «personas malas» al final y siendo honesta, acepto que no todas las almas están en la misma sintonía que tu buen hacer y buen querer. La envidia, los celos, el querer y no poder, interfiere en la condición humana de muchas personas que no encuentran su lugar en el mundo y quieren ocupar el tuyo. No les dejes y aunque por momentos consigan echarte a un lado recuerda siempre la bondad y el bellísimo homenaje que le hiciste al sol el día que naciste. La gente auténtica existe, la gente que merece la pena se esconde en lugares que descubrirás cuando América pase a ser el destino tachado de tu pasaporte.
¡BRILLA! Tu luz es tuya y siente en ella para que nunca olvides que el AMOR siempre será más fuerte. Incluso que todo el odio que un día pudiste tenerme y enviarme. Ya no me afecta. Ya no se me caerá más el pelo ni el alma a los pies. Ya no me abandonarán más las fuerzas ni me temblará el cuerpo cuando me digan tu nombre. Ya no tienes ningún poder sobre mí, sobre mi condición. Marchitarás con la única compañía del arrepentimiento.
América, maldita seas. Me hiciste creer en casa, amiga de mis confidencias y hombro de mis lunas más insólitas. Sin darme cuenta alimentabas mi tristeza y desde la distancia con tus cartas baratas y trucos de magia, me enviabas destellos agrios en un limón que hoy te pego en la frente. Porque todo en esta vida se paga. Y lo que deseas de mal en alguien el Universo te lo devuelve multiplicado por diez. ¿Recuerdas?
Bendita intuición que hizo que de una vez por todas tuviese el valor de cogerte la careta y quitártela. Y mira qué eres fea jodía. ¡Pero fea fea! Como todo lo feo que entorpece los pasos y el vuelo de esas personas que creen en un mundo mejor. El equilibrio perfecto que con la lluvia se lleva consigo un viento mojado lleno de arena.
Paso a paso y cinturas apretadas, el viaje se amenizó en un descuido infinito que hoy me puso los pies en la estrella más bonita del mundo. Donde tienen que estar y donde las yemas de mis dedos guardaron en secreto la primera vez que tomé conciencia del aire que abrigaban mis pulmones. Porque hay veces que el mejor viaje a América te descubre que quién tu pensabas que era esa persona incondicional no era más que un lastre que hizo que el barco de tus sueños se desviara. Pero solo un poquito porque tú eres más fuerte. ¡Nunca lo olvides!
Sigue tu rumbo y vuelve a darte la oportunidad certera de que la tierra firme sobre la que bailarán las plantas de tus pies, acogerá hasta el último llanto ahogado que desprendieron la tarde de marzo en la que descubriste América.
Me encanta tu prosa poética, aunque, a menudo, se vista con cierta tragedia. Ese punto de tensión que parece necesario para el despliegue de la trama… No creo que ese aspecto trágico, que aparece en tu obra, sea una parte tan integrante de tu vida personal. Tienes demasiada belleza interna como para comprender de su irrealidad, …que sólo sería parte de tu creación, en la película de tu vida.
Como decía Lee Marvin en la suya, en La leyenda de la ciudad sin nombre: «Hay dos tipos de personas, las que van a alguna parte, y las que no van a ninguna».
Un abrazo viajero
Siempre consigues hacerme sonreír y tocar mi alma. Mi misterioso viajero…
GRACIAS por tus aportaciones y por estar ahí, al otro lado.
Un fuerte abrazo, espero que estés genial 🙂
Sólo, cuando nos olvidamos de nosotros mismos, aparecen los caminos angostos llenos de espinas, alucinaciones y monstruos que nos acechan,… pero sólo para recordarnos que perdimos nuestro CENTRO,… que, simplemente, nos desviamos de nuestro camino. No te enzarces,…despidelos con un cariñoso saludo, y retoma tu sendero…
Precioso.
¡Muchísimas gracias Diego!
Un fuerte abrazo 🙂
Como siempre y desde hace ya mucho tiempo que te sigo, cada publicación me gusta más. Felicitaciones guapa.
¡¡Muchísimas gracias!! Un placer tenerte por aquí. Te mando un abrazo gigante.
Que bonito! He viajado con tu texto y reconectado con un pasado vivido, no hace mucho.
Tus letras son intensas, y lindas, y duras pero amables.
Gracias
¡Muchísimas gracias AMA!
Precioso nombre por cierto 😉 ❤
Un beso enorme.
Has acariciado mi corazón, has dado aliento a una moribunda.
Desde Buenos Aires, te abrazo infinito y llena de amor.
Gracias.
¡Muchas gracias bonita! ARRIBA ese corazón y despliega tus alas.
La vida es un regalo y merece ser vivida de la forma más feliz posible.
Gracias por estar al otro lado.
Un beso muy fuerte ❤