Entre más rota, más bonita.

La vida no es ni de lejos, como la soñaste. Atesoraste cada uno de tus sueños en un cajón que hoy se desploma sin piedad. Ahogando en llanto hueco cada centímetro de tus lágrimas. No fue esto lo que le pediste al universo, sin embargo, lo abrazas, recomponiendo una vez más, cada uno de tus pedazos.

Y es que entre más rota, más bonita.

Más grietas por la que salir la luz.
Más brillo que emana de la oscuridad.
Más cicatrices huérfanas de compañía que hablan de grandes historias en adopción.

Tú, que lo diste todo sin condición.
Tú, que amas tan fuerte que adolece.
Tú, que ves la vida con ojos sensibles, pestañas en calma y honestos iris de algodón.
Tú, que eres incapaz de comprender lo que pasa a tu alrededor y te haces bolita en un intento torpe de que el ruido, se haga silencio. De que la guerra termine o mejor aún, de que haya sido una película de ciencia ficción.
Tú, que lo único que le pedías a la vida no llega. No te llega.
Tú, que conviertes en arcoíris todo lo que tocas,
aunque por dentro te estés muriendo de frío.
Te estés muriendo de pena.
Tú, que sigues creyendo
aunque nadie te ha demostrado que existe.
Tú, que mitigas primaveras en veranos eternos y te duermes cada noche
en cada uno de sus besos.

Tú, más rota y más bonita.

Aún con todo. Aún con tus miles de pedazos entre tus dedos. Aún con el alma frágil y la piel que duele. Aún con las puertas cerradas y el aire que aprieta. Aún sin ser capaz de dar un paso más, sigues avanzando. Aún sin fuerzas, sin ganas y sin el sentido bonito que le encontrabas a la vida cuando aún, seguía a tu lado. Aún sin la certeza de nada y con las dudas de todo, sigues latiendo en un corazón fuerte, cansado y exhausto.

Nunca fuiste tan bonita como ahora.
Nunca fuiste tan bonita como cuando aún, tocando fondo y sintiéndote miserable,
irradias esperanza, fe, bondad, honestidad y gratitud.

Así que sécate esas lágrimas, mi niña.
Que la vida sigue y sigue contigo.
Siendo todo lo que fuiste y lo que no quisiste.
Amando todo cuanto amas y dejando atrás lo que te ahogaba.

Porque entre más rota, más bonita.

Aporta tu granito de arena en Floricienta.

Gracias por leerme.

Gracias por tantos años, por tantas letras.
Gracias por tantos amores y por tantos nombres.
Gracias por tanto cariño, por tantos verbos y veranos.
Gracias por tantas heridas que se hicieron cicatrices.
Gracias a todos los maestros que forman parte de estas historias.
De nuestras historias.

También estoy por aquí:

Instagram: