Construyo casas que nadie habita y promesas cuadradas.
Construyo lápices de colores y triángulos de cobre.
Construyo caricias en tu cintura y simples besos sabor a vino.
Construyo tejados llenos de secretos y ventanas de esperanza.
Construyo puertas de deseo y planos de terciopelo.
Construyo la maestría de tus encantos y tuberías de hipocresía.
Construyo la igualdad de lo perdido y el licor de tus pupilas.
Construyo mar, océano y poesía, construyo el dulce olor de tu sombra.
Construyo chocolate sabor a fresa.
Construyo caricias sabor París.
Y es que soy arquitecto de tu vida y tú aún no te has dado cuenta…