Cuando la luna calla y el sol me grita…
Podría arrancar el aire de tu cintura.
Y hacerlo veinte veces sin respirar.
Podría contarte mil historias,
de principio a final.
Podría ponerte mil excusas
para no volver a empezar.
Podría decirte que hoy no me he acordado de tí.
Y podría mentirte si te digo que te olvidé.
Podría contar mis cicatrices,
ya son más de mil.
Podría contar el tiempo,
las desganas y las batallas que perdí.
Podría hablarte de mis miserias,
y de lo mucho que aprendí.
Podría contarte mis secretos
y enseñarte dónde duerme mi gratitud.
Podría decirte cuántas veces lloré,
cuántas veces creí
y cuántas veces lo sentí.
Podría lanzar al cielo
mi carta de renuncia.
Me cansé.
Podría hablarte de ellas.
Las que se disfrazan de amigas,
aunque no sea carnaval.
Me quito el peso de sus envidias
y sus besos de vainilla.
Soy alérgica a la falsedad.
Podría seguir intentándolo.
Pero no quiero.
Podría dejar de quererte.
Pero no puedo.
Podría fingir que todo va bien.
Pero tuve unos padres,
que me enseñaron a ser transparente,
a decir la verdad
y no disimular.
Podría pintarme los labios de rojo,
soltarme el pelo
y partirme los tacones.
Pero prefiero la coleta,
el chandal
y tu ausencia.
Podría decir que lo intenté…
¡más de un millón de veces!
Y aunque baile desnuda
entre la gente …
todo me sigue pareciendo patético,
irreal
y absurdo.