
Qué difícil es esto de vivir, ¿verdad? Los cumpleaños no solo suman en años, celulitis y canas, sino también, en problemas. ¿O quizás en responsabilidades mal gestionadas?
Nadie dijo que esto de vivir fuera fácil y si alguien lo dijo, era un mentiroso. O no. Porque en esto no hay nada escrito, solo un par de cuentos no chinos que nos hicieron creer desde que nacimos. Cuentos y más cuentos, tonterías que llenan nuestras cabezas de unos pájaros que no se atreven a salir de la jaula por miedo. ¿Miedo a qué? ¿Acaso no te da más miedo permanecer así? Inmóvil, aguantando lo inaguantable, haciendo algo que no te gusta y poniéndote ese absurdo uniforme que solo te hace sentir mediocre. ¡DESPIERTA! Nadie nos dijo que esto de vivir fuera fácil pero… ¡Venga ya! no puede ser tan difícil. Cada vez tengo más claro que los humanos, entre muchas otras cosas, somos la especie más masoquista del planeta. ¡Sin lugar a dudas!
Nos rompen el corazón una y mil veces. ¿Por qué? Porque muchas veces nos empecinamos en relaciones destructivas, vacías, en amores a los que les faltan cada una de sus letras y en enamorarnos de quien no debemos. O mejor dicho, enamorarnos de quien no nos hace felices. Porque el amor y el deber no se dan la mano de ninguna de las formas. Al menos no el amor sano y el deber supino. ¿Somos tontos o qué? ¿Acaso has visto alguna vez a un león llorar porque una leona no le quiere? Y no me vengas ahora con que los animales no tienen sentimientos. Pero ahí estamos nosotros, hombres y mujeres dispuestos a amar lo utópico, a perdonar lo imperdonable, a llorar hasta quedarnos huecos, a poner nuestras vidas en manos de otra persona sin más ¡¡Por favor!! A menos que sea un médico o médica, tu vida es tuya, y solamente tuya. Nadie más que tú debe gestionarla, vivirla o sentirla. No confundas el amor con todos esos sentimientos que te hacen sentir un desgraciado o desgraciada. No confundas el amor con esos pretextos inexcusables que te intentan hacer creer que la mala hierba nace de ti. Así nos va. Así vivimos como vivimos. Amargados y amargadas, exhaustos y exhaustas, pensando que el amor es una mierda. Y no, el amor no es una mierda. Lo que es una mierda es querer como nos queremos, es amar como nos amamos y es pensar y sentir que eso, es amor. Cuando la misma persona te rompe el corazón por segunda vez, jódete. La culpa es tuya. La primera vez no tenías por qué saberlo. La primera vez tú no sabías que él o ella era de esa manera pero ya la segunda, sí. Y no digamos la tercera, o la cuarta.
Nos encanta tropezar con la misma piedra. Vaya sin nos encanta. Ya no con piedras no, sino con auténticos teniques. Sabemos que eso o aquello no nos conviene pero no importa, ahí estamos nosotros vestidos de valientes intentando vencer esa roca que alguien nos puso en el camino. ¿Alguien? ¿O tú? No puedes dejar pasar esa piedra,no. Jugar al despiste de izquierda o de derecha ¡o saltarla! No, tú no. Tú siempre quieres más y si es por ti te la metes en el bolsillo y la llevas cargando toda tu vida. ¡Al carajo hombre! Y mujer. Que tú no tienes por qué estar cargando nada más que no sea felicidad, alegría, un sí se puede real y no, un montón de basura que lo único que hace es humedecer tu corazón de un mal sentir ¿Para qué? ¿Por qué? Porque sencillamente somos unos masoquistas. ¿Y sabes? ¡Te jodes! Porque tú solito y tú solita, has decidido enamorarte de esa piedra. Empecinarte con ella y convertirla casi en tu mejor amiga. Lo fácil (siempre lo olvido) es echarle la culpa a los demás. Es creer que la otra parte tiene la culpa y tú, vives en una omisión permanente de fallo. Crees que la verdadera perfección es no cometer errores y el mayor error de tu vida, es sin duda, vivir sin querer equivocarse. Vivir sin haber vivido tu vida como querías.
Estudiamos lo que no nos gusta. ¿Realmente te gustaba estudiar eso por lo que tantos años sacrificaste tu vida? ¿Ahora tienes el trabajo de tus sueños? ¿Te levantas cada mañana feliz, contento, contenta, por pasar como mínimo ocho horas al día haciendo lo que haces? ¿A qué no? ¡Pues te jodes! ¿Te sientes útil? ¿Crees que no sirves para nada más? Deseo de corazón que la mayoría de las respuestas sean acordes positivos pero me temo, muy a mi pesar, que eso no es así. ¿Por qué? ¿Por qué hacemos lo que no queremos? ¿Por qué aguantamos trabajos que no nos gustan? ¿Por qué nos hemos pasado más de media vida estudiando para ganar una miseria y ver como tu jefe, que en muchos casos no tiene estudios, (y tampoco idea de lo que hace), gana más que tú, hace la mitad que tú y encima, viste; cena; ríe; y goza, de mejores oportunidades que tú. ¿Por qué? Porque somos masoquistas. Porque en lugar de luchar por nuestros sueños vivimos en los de los demás. Porque en lugar de crear nuevas oportunidades y mejores, ¡esperamos sentados viviendo una vida que odiamos! Porque solo nos lamentamos, lloramos como auténticos niños y niñas, suplicándole al Dios que esté de guardia que cambie nuestras vidas. Esperamos un milagro. Como el que nos toque la lotería. Ese al menos tiene un poco más de sentido común. ¿Dejas en manos de un Dios que ni siquiera has visto que mejore tu vida? Siento decirte amigo y amiga mía, que aquí el único que puede cambiar tu vida eres tú. ¿No es genial? Para mi sí. Y si aún sigues lamentándote por lo miserable que eres, o crees que eres, jódete. Porque tú y solo tú, quieres estar así.
¿Estoy siendo cruel? No lo creo. Cruel es vivir sin hacer nada. Es dejar que pasen los años por ti sin hacer nada por los demás, sin contribuir a poner tu granito de arena a que este mundo sea un poquito mejor. Cruel es que no valores lo que tienes y que te pases todo el día llorando. Cruel es que tengamos una vida (al menos eso nos han hecho creer) y la desperdicies como lo haces. Cruel es el niño que muere de hambre, los países a los que llamaron terceros y las putas guerras que acaban con la vida de miles de millones de personas. Cruel es hacer daño a quién amas y no reconocer tus errores. Cruel es matar y maltratar a los animales, arrancarles la piel aún estando vivos, comernos su carne: ¡SÍ, COMER ANIMALES ES CRUEL! Definir la tauromaquia como un arte. Un arte español. Cruel es la violencia de cualquier género, de cualquier forma y de cualquier edad. El pretexto que causa dolor, lágrimas y una injusticia desmedida que nos roba, que nos hace estúpidos, que merma nuestras ganas y que arrebata hogares y puestos de trabajo sin más. Sin dignidad, sin un septiembre al que volver a presentarse si suspendes, y sin una prórroga a la que acudir para pedir ayuda. Eso sí es cruel. Pero tú, tú te jodes. Tú te jodes por permitir que se hayan reído de ti de esa forma. Tú te jodes por haberte abandonado de esta manera y por haberte creído que tú, no vales nada. Porque sí que vales ¡joder! Sí que vales. Y no necesitas ir a Telecinco para que un jurado te de un sí o un no.
Date tú el sí todos los días.
Deja de joderte.
Deja de desperdiciar tu vida. De lamentarte por lo que fue y ya no es. Quizás mientras fue siendo, nunca fue lo que creíste. No esperes a que se vaya de tu vida. ¡Vete tú! Y deja de joderte. Deja de hacerte la vida imposible. No dejes que el sol vuelva a ver tus pestañas llenas de lágrimas y tu pelo alborotado por el ruido. Deja de pensar que tú no puedes y que: «es lo que me ha tocado vivir». ¡NO! Es lo que TÚ QUIERES VIVIR. Cada día eliges quién ser, cómo vivir, cómo joderte las 24 horas de ese incansable reloj que no para de caminar.
Seguirás jodiéndote la vida, lo sé.
Espero que al menos sea de una forma más placentera que hasta ahora.
Y si no, mientras decides ser valiente…
Te jodes.
Me jodo.

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