era yo Era yo la que te comía a besos, la que apoyaba tus sueños y la que fingía que todo estaba bien.

No te equivoques, no. Ahora no vengas a disfrazar verdades, a disimular tropiezos y a querer que todo mi mundo aplauda tus andares.

No. No te equivoques, que yo nunca quise hacer guerra de mis miserias ni apología conjuntiva de lo que me susurrabas al oído mientras tomábamos té.

Que ya bastante sola me has dejado, con toda la ropa tendida, el alma patas arriba y un mapa que desdibuja un norte que siempre quiso ser sur.

¿Lo recuerdas?

Era yo la que en un descuido tropezó de frente con tu espalda, en una minúscula terminal de una isla por nombre bonita.

Era yo la que contaba tus pestañas, la que se enamoró de tus infinitos detalles y la que jugaba al dominó sin saber que era al escondite.

Era yo la que te hacía el amor como ninguna, la que creyó en tus palabras y lo siguió haciendo en tus verbos rotos.

Era yo la que caminó descalza sobre el paraíso más inmenso que jamás había respirado y la que resbaló sobre un precipicio donde nadie me esperaba.

Era yo la que creía en ti por encima de mí, olvidando mi deseo en vano de esas manos que hacían conmigo lo que querían. Las tuyas.

Era yo la que soñaba tu regreso cuando te perdías. La que te daba la mano cuando nadie más lo hacía. La que te defendía, la que volvía a levantarse a pesar de las heridas. La que te amó incondicionalmente en ese cielo lleno de estrellas y mariposas.

¡Era yo joder! ¡Era yo! Para que ahora vengas y vengan a decirme lo contrario.

era yo

No. No te equivoques, que mi única arma de defensa es mi mirada curtida hecha certeza. Y si tanto me quisiste, si tanto me amaste, si tanto de verdad había en eso de que llegué a ser la mujer de tu vida, ahora no me vengas con la excusa definida de que al arrepentimiento se le escapó el taxi aquella mañana de diciembre.

Era yo la que acomodaba tu silla, la que se dormía entre tu pecho y la que agradecía cada lunar que besaba los míos.

Era yo tu piel, tu dedo índice y las cosquillitas que te daban los buenos días.

Era yo la que se despojó de todo lo vivido, la que sin saberlo, caminaba sobre un fino cuchillo de acero y la marioneta de tu destino.

Era yo, aquella soñadora sin nombre,

aquel corazón rebelde que creyó encontrar en ti el amor de su vida.

Era yo la que daba luz a unas esmeraldas ya caducas y a unas candelillas que quizás nunca llegaron a volar.

Era yo tu deseo, tu promesa y tus letras.

Era yo la musa de tus sueños, la razón de tu regreso y todos los proyectos que fueron arquitectos de un plano lleno de garabatos.

Era yo la que quiso quererte el resto de su vida y a la que obligaste sin ensayo, a deshacerse de todo lo que un día fue.

Era yo tu clave de sol, los acordes infinitos de aquella partitura y la sonrisa traviesa de la primera vez.

Era yo la que te levantaba del suelo, la que secaba tus lágrimas y la que intentaba entender la locura infinita de tus pupilas. Aún cuando me decías cosas horribles, estuve a tu lado.

Para que ahora vengas y vengan a decirme lo contrario.

Era yo la de aquella historia.

era yo

Era yo la mariposa y tú la estrella.

Era yo la chica de ayer, la desordenada y precipitada.

La que creyó en ti por encima del cielo y de la que hoy hablas con el corazón hecho trizas, la voz rota y el alma invisible.

Porque los dos sabemos cuánto me echas de menos y cuánta razón me dará el tiempo.

Era yo…

y siempre seré.

 

12 comentarios en “Era yo.

  1. Que buen escrito, en serio que transmites todo el sentimiento, me gusto, yo creo que a todas nos ha pasado, damos el todo por el todo y no nos cuidamos nosotras mismas con que la otra persona este bien y nos «ame», dejamos que pasen por encima de nosotros, Felicidades me fascino.

  2. Floricienta si…tu escrito es como un espejo de agua donde mirarnos y reconocernos. Habrá otros momentos y otras personas a las que puedas amar así, incluyendote a tí. Esa capacidad de amar no se evapora.

  3. Ojalá me atreviese a hablarte, porque cada vez que te veo o te leo pienso que eres demasiado para este mundo.
    Sigue así, que algunas te miramos desde lejos siguiendo tus pasos.

  4. Panterita
    Eras tú la bonita, eras tú la tranquila, eras tú la divertida, la especial, la mágica, la envidiable, LA QUE AMABA, eras tú la que no hacia daño y no ahogaba las sonrisas, eras tú la que amanecía pendiente de su estado de ánimo, de su sueño y de su vigilia, de su paz y de su guerra
    y ahora, ERES tú la que desde abajo salta más alto, la que de puntillas, tocas las estrellas que hilan el camino, para que tus mariposas no se pierdan, ERES tú, a la quieren tus fieles amigos, y ERES tú, la que como yo, sabe la franqueza de esta historia
    El tiempo pone a cada uno en su sitio ❤

  5. Era yo, si… hasta que dejé de ser yo para convertirme en mi versión tú, luego me convertí en una yo sóla y deprimida, luego… ya no era yo, ya no era nada, ahora soy aire, una fantasma de mi misma, ahora soy la espera de volver… quizá para verte de nuevo, quizá para verme de nuevo y ser yo otra vez

Aporta tu granito de arena en Floricienta.

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s