Estoy preparada.

Estoy preparada para conocer a mi próximo ex.

Salgo sedienta y muerta de hambre en tu búsqueda. Sé que es estás por ahí, en algún lugar. Sé que tú serás otro de esos hombres que me parta el corazón en mil pedazos. O en dos. En lo poco o mucho que puede ya quedar de él. Sé que me harás sentir la mujer más bonita del mundo y que en un despiste tus besos dejarán de estar presentes en mis buenos días.

Sí.

También estoy preparada para escuchar las promesas más bonitas del mundo, y para creerme la verdadera. Esa mujer que te hace sentir cosas que hasta el momento no habías sentido por nadie más. Descubriremos nuevas canciones, nuevas formas mágicas de hacer el amor y todo lo anterior, no será más que un vago recuerdo sin importancia.

Estoy preparada.

Estoy preparada para conocer a mi próximo ex.

Y así será cuando te encuentre. Un nuevo flechazo, unos nuevos brazos a los que abrigar bajo la luna. Nuevas frases que aunque suenen manías seguro que encontramos la manera de hacerlas únicas, de hacerlas nuestras. Volverás a pintarme el alma de colores y volveré a creer que te he encontrado. Pasarán los meses. El invierno nos pondrá la piel de gallina y el otoño mitigará las antiguas cicatrices. La primavera tornará de arcoiris tu cintura y en verano con el nuevo sol, partirás sin rumbo a otro nombre. Rompiéndome los verbos y las ganas de seguir creyendo en este juego absurdo del amor.

Estoy preparada para que entres en mi mundo, para presentarte como si fuese la primera vez a mi familia, a mis amigos y para contarte mis miserias. Sí querido ex. Estoy lista. Y también estoy preparada para olvidarte y para volver a llenarme de sed y de ganas de encontrar con éxito lo que en ti y en nosotros…no pudo ser.

Estoy preparada para que vuelvan a ilusionarme y para querer, creyendo en eso de que esta vez será para siempre. Estoy preparada para creernos nosotros y para llenarme de nuevos recuerdos.

Y es que tendemos a enamorarnos de la otra persona sin conocerla realmente.

Postergando durante los primeros meses esas manías, esas verdades y ese carácter que se esconde tras una pasión desenfrenada y tras el apetito de comernos el mundo sin salir de una habitación.

Idealizamos e irrealizamos.

Amamos sin condición sin tan siquiera conocer su historia y nos vestimos de conjunciones apresuradamente, creyendo vivir utópicas relaciones que nunca se dieron de verdad.

Y así nos va.

Así luego pasa lo que pasa.

Así la decepción mella en desganas y dejamos de creer excusándonos en que no hay nadie que merezca la pena y que, al igual que la crisis, la cosa está muy mal.

Lo que está mal es tu cabeza.

Y la mía. Por creer que el amor va de esto.

Estoy preparada para conocer a mi próximo ex pero esta vez será distinto.

Y aunque supe que eras tú desde el primer instante, esta vez lo haré mejor.

Quiero conocerte no suponerte.

Quiero quererte en todas tus facetas. En las buenas y en las no tan buenas. Quiero amarte en los pequeños y grandes detalles y quiero tener la paciencia de hacer de tus manías las mías. Quiero alimentar en ganas nuestro deseo e ir descubriendo poco a poco el mapa de tus lunares, de tu historia y de un corazón experto.

No quiero que entres haciendo demasiado ruido y que disfraces en verborrea los para siempre. Y cuando llegue el momento no quiero que seas uno más al que colgar el pretexto de «Yo no sabía que tú eras así» porque de haberlo sabido, jamás me hubiese enamorado de ti. Ni siquiera te hubiese dado la oportunidad de conocerme.

Quiero que tú seas de esas personas de las que pueda decir :

«Yo ya sabía que tú eras así y por eso te elijo, te quiero, te respeto y espero que tú hagas lo mismo conmigo».

El amor se elige todos los días y yo quiero que seas mi elección diaria. Quiero poder elegirte en cada beso de mis mañanas y en las sábanas que me dan las buenas noches mientras la luna me sonríe cómplice porque al fin…te encontré.

Porque al fin nos encontramos.