Nunca creí en las medias tintas, en el no sé o en las amistades descafeinadas.
Siempre fui la del «o todo o todo», sin dejar espacio para el nada. Me gusta vivir la vida intensamente, como si no hubiera mañana, como si hoy fuese la primera y la última vez en la que mis labios rozan en cientos de te quieros los tuyos.
No entiendo los poco a poco, ni los aún es demasiado pronto para… ¿De verdad crees que algún momento es pronto para amar? Quizás tarde sí pero para amar no hay que pedir permiso. Ni siquiera al tiempo.
Estújame los sentidos hasta hacerlos chillar y dibújame sonrisas siempre que quieras. Jamás negaré los latidos de mi corazón por el tuyo ni fingiré no echarte de menos. No miraré cada segundo el teléfono móvil con cara de estúpida esperando tu mensaje; ¡te lo enviaré yo! Porque así lo siento. Porque así lo creo y porque así quiero. Así quiero quererme y quererte. Porque sí. Porque me quiero, amo la vida y amo todo lo bonito que la rodea: TÚ, ellos, el aire que respiro y la inmensidad compasiva de todas esas pestañas que aún creen y hacen un mundo mejor.
No entiendo esas conversaciones cargadas de prejuicios ni el no hacer por miedo al qué dirán. Tampoco entiendo de calendarios sociales, de absurdos protocolos que cohíben nuestras almas y nuestras ganas. No entiendo por qué tengo que esperar hasta mañana para verte o para querer trazar miles de planes infinitos a tu lado. Y si en un mes siento más que en diez años ¡qúe me llamen loca! Locos son todos aquellos que atrapan sus sueños en cajitas de algodón y que no son capaces de decir TE QUIERO. Ni siquiera sentirlo.
La vida es locura.
Es llanto.
Es risa y es amor.
Puro amor.
Quiero ser el hoy de tus días y créeme que no sé vivir de otra forma. Y aunque supiera no lo haría. Lo quiero todo o todo. Quiero llenarme de verdad, de fuerza, de momentos simples, de abrazos sinceros y de besos antijudas. No quiero ser el tarde de tu historia ni aquella chica que no supo valorar lo que tenía. No quiero ser el arrepentimiento ni la duda y el pretexto cobarde de una sala llena de valientes. No quiero que me cortes las alas ni que apagues el brillo de mis ojos cada vez que te veo. No quiero que confundas mis ganas con la impaciencia. Tengo los bolsillos cargados de pasión y todo, absolutamente todo lo que hago, lleva el sello de veracidad. No confundas el bienquedismo con el hecho de que realmente me importa. De que realmente me importas.
Vivo sintiendo cada poro de mi piel y no soporto hacer las cosas con desganas. Ten por seguro que lo intentaré una y mil veces. Y aunque de fuera puedan parecer intentos torpes o repetidos, te aseguro que cada historia es única. Que cada beso es distinto y que cada historia de amor tiene la magia que le precede. Incluso cuando termina. Así que por favor no me juzgues.
Lo quiero todo o todo.
Cabalgo entre miles de estrellas maravillándome cada día con esas pequeñas cosas que para muchos, pasan desapercibidas y cuando tropiezo y me caigo me levanto más fuerte. Más experta, sin la sensación agria de haber perdido el tiempo. Porque el tiempo está precisamente para eso ¡para perderlo! Para desgranar sus segundos en compañía de la gente que quieres. Para desgranar sus minutos en momentos irrepetibles y hacer de sus horas la historia escrita de tu vida. ¡Perdamos el tiempo juntos! ¡Separados! Como quieras. Pero perdamos el tiempo bailando con el sol y abrazando a la luna. Perdamos el tiempo todo el tiempo. Simplemente dame una razón y yo te daré mi vida.
Permíteme llenarme y llenarte de TODO y cuando lo haga, volverlo a hacer.

Replica a ¡¡¡Qué importa!!! Cancelar la respuesta