Vivimos en un mundo de mirones donde muchas son las pupilas que escrutan, juzgan, critican y señalan. Un mundo de mirones que esconden una verborrea vacía y un discurso digno de corbata que en las dos primeras frases pierde la credibilidad que intuían las sílabas concordantes.
Vivimos sí, pero ¿de qué manera?
Me aterra en qué nos hemos convertido. Me aterra la idea extendida de aquí todo vale y la crítica yuxtapuesta en la vida ajena. Hagas lo que hagas siempre te buscarán el fallo y habrá detractores que tras sonrisas de algodón intenten tirar por la borda a golpe de «me gusta», tus sueños, tus buenas intenciones y el propósito por el que tu pie derecho calza un 40.
¿Sabes lo único que te hace distinto a mí? El tiempo.
El tiempo que empleas en ser mejor persona. El tiempo que empleas en hacer mejor tu trabajo, en buscarlo, en respirar en el lugar equivocado, el tiempo que le dedicas a tus entrenamientos y el tiempo que empleas en amar promesas de bragas desgastadas y besos que apestan a sapo. Lo que te hace distinto a mí es el tiempo que subyace en tu reloj biológico, el tiempo que le dedicas a lo que comes, a reírte, a conocer a personas que realmente merecen la pena. El tiempo que le dedicas a lo que importa, a tu familia, a aprender de esta vida, a ser maestro y alumno, el tiempo que le dedicas a tu cuerpo, el tiempo que le dedicas a cuidar tu alma, a leer, a viajar, a observar. El tiempo que le dedicas a escuchar a tu corazón. Pero a escucharlo de verdad. El tiempo que te dedicas a ti mismo y no a los demás. El tiempo que haces de este mundo un lugar mejor. Porque…¿haces algo verdad?
Si hubiese un contador del tiempo que perdemos en criticar a los demás, estaríamos condenados a un reloj lleno de lamentaciones.
¿De verdad es más importante lo que hace el otro que tú?
¿De verdad empleas tu tiempo en valorar, analizar, criticar y juzgar lo que hace otra persona que no seas tú? Odiar nos hace débiles y amar nos hace terriblemente fuertes. Pero lo olvidaba. Ahora está de moda el #melasudatodo, #elamorescosadeñoños. ¡Qué lástima! Pensamientos equívocos en bocas de quienes perdieron la esperanza y se disfrazaron de miedo.
Hemos perdido el norte.
Solo espero que el sur, sea un lugar mejor.
Criticamos a los que hacen deporte y a los que no.
A los maquinitas de turno y al gordo del sillón.
Criticamos al vegano porque se cree el salvador del mundo y criticamos a los que ni parpadean ante una injusticia.
Criticamos al que pega a su mujer y al que le regala flores.
Criticamos a la tía buena y a la fea.
Criticamos al bueno y al malo, criticamos al que lleva rastas y a la pija de tacón.
Criticamos a la flaca y la que lleva silicona de talla sujetador.
Criticamos al musculitos y al que no ha pisado el gimnasio en su vida.
Criticamos al que estudia mucho y al que estudia poco.
Al que entrena mucho y al que entrena poco.
Al que comparte su vida en redes sociales y al que nunca comparte nada.
Criticamos a los obsesos de la búsqueda de la excelencia y a los que se conforman con poco.
Criticamos a los que escriven con faltas de ortografía y a los que tildan de eruditas sus letras.
Criticamos a los que van en bici y a los que no saben montar.
A las rubias y a las morenas.
Criticamos a los que se pierden y a los que se guían por un mapa.
Criticamos a los que beben y a los que no se echan ni un chupito.
Criticamos a los que bailan al estilo Chayanne y a los que son patitos mareados.
Criticamos a los románticos y a los insensibles.
Criticamos a los que hacen el amor y a los que follan.
Criticamos a los que se preocupan demasiado por nosotros y a los que nunca nos llaman.
Criticamos a los bondadosos y a los egoístas.
Criticamos a los que tienen mucho dinero y a los que tienen los bolsillos vacíos.
Criticamos a los que critican y a los que nunca lo hacen.
¡Lo criticamos todo joder! ¡Todo!
Debería haber un número máximo de críticas permitidas. Al menos por día. Imagínate si todo el tiempo que le dedicas a criticar a los demás lo empleas en ti mismo. EN SER MEJOR PERSONA. En hacerlo mejor cada día, en levantarte con un propósito nuevo y mejor. En plantar un puto árbol o en leerte un puto libro. En intentar correr un kilómetro más rápido o al menos disfrutarlo más. En ser agradecido y merecedor de las pequeñas cosas de la vida que sin darnos cuenta, se nos va en cada latido y en cada respiración. O en una fatídica llamada que nos anuncia que nunca más volverá a abrazarnos.
¿Y qué importa lo que digan de nosotros los demás?
¿Qué importa si por mucho que te esfuerces no cambiarán de opinión?
La opinión de los demás sobre nosotros mismos es solo eso. Una opinión ajena, no nuestra.
Porque si aún no te habías dado cuenta el tiempo es lo único que no vuelve atrás. Es lo único que continuamente resta. Es lo único que menos es menos. Y lo único que desperdicias cada segundo de tu existencia.
La vida se nos va mirando a los demás.
Aprende a contemplar lo bonito de cada ser. A sentir que en igual de condiciones no nos separa más que un nombre. Aprende a admirar en lugar de criticar. Que hasta de lo más indecoroso se saca algo bonito. Eso te hará mejor persona y la próxima vez que vayas a echar culebras por la boca sobre alguien, piensa realmente por qué te molesta tanto una conducta ajena a ti. Por qué es más importante su opinión sobre ti o sobre algo que la tuya propia. Concéntrate en tu corazón, en lo que de verdad importa y vive cada segundo con el único objetivo de encontrar en ti todo lo que necesitas.
Odiar y criticar nos enferma la mente y nos marchita el alma.
Hagas lo que hagas, seas como seas, lo intentes como lo intentes siempre habrá una sombra que quiera apagar tu luz. No pierdas el tiempo en ellos ni en ellas. Abrázalos desde la compasión y sigue tu camino.
A más sombra, más luz.
A más odio, más amor.
A más críticas menos tiempo les queda para cumplir sus sueños. Y a ti te sobrarán pretextos para seguir adelante.
Me costó lágrimas, múltiples decepciones y un infinito cielo lleno de estrellas entender esto que hoy escribo. Pero al final lo entendí y desde que lo puse en práctica la única crítica que me permito es aquella que me hace corregir lo que quiero mejorar de mí. Ayudando siempre a los demás y haciendo eso de la unión hace la fuerza.
Que hablen de ti. Y cuando se cansen, que sigan haciéndolo.
Hay una frase de una canción que dice:»todo el mundo mira en el espejo y no les gusta su reflejo y no les queda nada más que criticar a los demás» sin duda como dicen hay críticas constructivas y las otras pues solo son críticas, me gusta tu reflexión al final nosotros somos los que decidimos qué entra en nuestra vida… Abrazoos:)
Buena entrada, aprovechemos el tiempo pues 🙂
Qué buenísima reflexión. Es una lástima que el hobby de moda sea precisamente eso, malgastar el tiempo criticando… Pero como dices, uno jamás debe dejar de ser él mismo. Hay que seguir luchando por ser quienes somos, por mejorar y seguir avanzando…. Las palabras envenenadas dejan de tener valor y hacer daño cuando entendemos que no sirven para nada.
Saludos guapa,
https://confesionesydesvarios.wordpress.com/2016/06/13/me-quedo/
Vivimos en un mundo lleno de inconformismo, siempre queremos lo que no tenemos…
Es lo que se lleva, el desperdicio masivo de energía y tiempo. Es feliz realmente, aquel que sabe aprovecharlo, o por lo menos, utilizarlo para fines un poco más productivos!
Es un tópico real, como todos lo que escribo. Las décadas se te van acumulando en las neuronas. Cuando ya llevas unas cuantas, bastantes, te vas dando cuenta de que hay cosas que no cambian. No es por ser biólogo, sino porque las siento, por lo que me doy cuenta cómo las descargas hormonales de la atracción física: pibe-piba; piba-pibe; piba-piba o pibe-pibe…estas descargas digo te pueden sacudir golpetazos, corrientes eléctricas, lo que sea, a las neuronas desde la mirada de los ojos con imagen concreta, desde las membranas olfativas, si estás cerca, desde la epidermis…¡Y esos contornos! Y esas proliferaciones de cabello cuando la desnudez, y esas manchas oscuras y puntiagudas que culminan unos senos (esto en el caso de la atracción pibe-piba…Y las humedades…¿Desde cuando somos así? ¿Desde los primates…? No sé. Lo que sí sé es que si esas cuatro combinaciones dejen de funcionar, desde que el tacto de una zona de tu organismo no nota cómo algo, húmedo, adquiere dureza, desde el día en que ya no vuelvas la cabeza para ver de nuevo aquello que te ha atraído, desde ese momento comenzará el planeta a ser dominado por otra especie y este Homo sapiens se acabará.
Amo cada escrito publicado, cada uno de éstos aporta crecimiento a mi vida. Sigo viviendo y disfrutando. Me costó entender que para avanzar hay que soltar cargas, personas, vicios… Invierto mi tiempo en estar con quienes me quieren y a quienes quiero, invierto mi tiempo en mí. Hoy vivo contento y elijo amar.
Me ha encantado tu escrito y razón no te falta en absoluto. La vida ya es demasiado corta como para que andemos mirando con ojo crítico al resto, y más sin habernos fijado en nosotros mismos primero. Con el tiempo acabas aprendiendo lo mismo: Elijo ser mejor persona.
La vida pasa muy deprisa…demasiado…Creo que uno de los principales síntomas de la sociedad en la que vivimos es la perdida de valores, de principios. Afortunadamente siempre hay personas con cimientos, con la cabeza bien amueblada y, sobre todo, con el corazón que en vez de odiar sabe hacer algo mucho más importante: amar!!!