Muchas veces la gente cuando me pregunta a qué me dedico, me miran como diciendo «Ah, ¿y eso existe?». Al principio me hacía gracia, ahora me preocupa.
Estudio Creatividad y Técnicas Publicitarias, en una escuela supuestamente conocida en el sector. Una carrera un tanto indefinida, sobre todo si pensamos en la figura qué seremos el día de no muy mañana. ¡Creativos!, tachán!!!!!. Parece que viene acompañado de unos redobles y trompetas.
Seré creativa publicitaria ¡guau!. Qué bien suena ¿verdad?. Y sobre todo que abstracto. Reconozco que cuando comencé a estudiar esta carrera tenía una visión muy distorsionada de la publicidad, del trabajo que en un futuro podría desempeñar. Desde pequeña he sido muy soñadora, inventiva, poeta, constructora de sueños y todos esos adejtivos que podrían calificar a una creativa. Se me venían ideas a la cabeza y muy ingenua de mí, pensaba que eran buenas, buenísimas para un anuncio de televisión.
Al entrar en la escuela entendí muchas cosas y entre ellas os citaré varias:
1-. La primera idea que se te viene a la cabeza NUNCA repito NUNCA será buena. Y posiblemente tampoco la segunda, la tercera….la décima….
2-. La publicidad NO ES UN ARTE. No sirven las ideas al azar, ni se basa en hacer «anuncios bonitos». Existe un tal CONCEPTO. Una palabra que los creativos propiamente dichos, tendremos hasta en la sopa. El poder de nuestra comunicación. El ego de nuestros diseños y anuncios. EL SEÑOR CONCEPTO.
3-.Me enfrento a una era de completa revolución publicitaria. Dicen que los spots de televisión acabarán por extinguirse como los dinosaurios y que una nueva especie amenaza a los medios convencionales. ¡¡¡Uhhhh!!!
Sarcasmos a parte, bien cierto es que nos encontramos ante una situación crítica, muy crítica para el sector publicitario. Desde que la demanda superó la oferta, comenzaron a crearse nuevos productos, nuevas especializaciones, nuevas marcas. Los consumidores cada vez éramos y somos más exigentes. La segmentación jugó y juega hoy un papel fundamental a la hora de elaborar una campaña. Los consumidores están cansados, aburridos de la comunicación convencional y tenemos que abrir frente a nueva era, le pese a quien le pese.
El avance de las nuevas tecnologías ha abierto un gran abanico de posibilidades en medios de comunicación. Ahora, vivimos conectados a las redes sociales, a blogs, a chats, al móvil, internet. Atrás está quedando el teléfono fijo, la radio, prensa y cartas convencionales. Algo muy serio está pasando y no podemos dormirnos.
Muchas son las empresas que están apostando cada vez más por una comunicación online, aunque en España aún se huele el recelo de abandonar a estos medios tan queridos una vez.
Yo soy muy partidaria de la complementación. No creo que la televisión vaya a desaparecer, ni la radio ni la prensa. Sé perfectamente la importancia que tiene hoy en día internet, los virales, el marketing mobile por ejemplo. Sin embargo a mi juicio y excasa experiencia aún, pienso que unos medios complementan a otros. Un engranaje que da vida a una gran maquinaria, dónde todas y cada una de las piezas son fundamentales para un movimiento perfecto. En este caso, una comunicación eficaz.
Entonces yo, que no sólo tengo que saber cómo funciona el mercado, cómo está una determinada marca, qué le gusta y qué no al consumidor, qué es lo que se lleva, las tendencias, las formas de comunicación. Todo eso se junta con que TENGO QUE TENER UNA IDEA GENIAL QUE FUNCIONE. Madre mía, ¿qué complicado suena todo eh?. Pues sí, lo es. Y aunque no sea un camino de rosas, es un mundo apasionante, lleno de retos, de comeduras de coco, de obstáculos, recompensas y no tan recompensas pero al fín y al cabo, un mundo aspiracional lleno de conceptos, estrategias, briefings, targets,objetivos,clientes,consumidores,marketing, marketing directo, marketing promocional, marketing online, ect, ect, ect…
Porque al final lo que hacemos es vender productos, vender ilusiones, vender promesas, vender valores de marca. Y eso es, lo que a un buen creativo, nunca se le debería escapar.


Aporta tu granito de arena en Floricienta.