Cuántas veces muchos de nosotros, ha sufrido una terrible y angustiosa respuesta en forma de No. No a un puesto de trabajo.No a una cita con la más guapa de la clase. No al beso de el hermano mayor de tu mejor amiga. No al matrimonio. No a una prueba de acceso a alguna oposición por la que tanto estudiaste y tanto sacrificaste. No a la numeración premiada de la lotería. No a salir con zapatillas deportivas. No a hacer el amor sin condón.
La decepción y desconsuelo se convierten en niños burlones de patio de colegio. Como una garrapata no invitada al festín del suave pelaje de un pastor alemán. Déjame decirte amigo mío, que detrás de cualquier No, se abre un mundo de posibilidades ante ti. Donde muchos «síes» están esperándote para demostrarte y recordarte que quizás eso que ayer querías, hoy no lo tienes ni lo tendrás jamás. Pero tendrás algo mucho mejor que jamás pensaste y abrirá una capacidad en ti que no habías conocido antes. Ser una persona mejor feliz.
Detrás de un No, está la posibilidad de volverlo a intentar. De ser más creativo y hallar mil maneras diferentes de volverlo a hacer. Detrás de un No, están los tropiezos que te hacen expertos. Te enseñan a ser mejor persona, más listo, más fuerte y menos estúpido. Están las ganas de volver a intentarlo, de querer hacerlo mejor. De recorrer un camino que parece distinto cada vez y de ir encontrándote con personas maravillosas que parecen ángeles caídos del cielo. Pero que están aquí en la tierra y sin alas. Solo con luz en sus ojos y que sin pedirlo, te dan consejos y te guían hacia tu meta. Porque cuando un No se cruza en tu camino, lo mejor que puedes hacer es darle la mano, aceptar que no era para ti en ese momento y seguir intentándolo. Seguir intentándolo hasta que puedas decir «lo conseguí».
Muchas personas se rinden. Se cansan de luchar porque se convencen de que no son merecedores de fortuna, de felicidad, de un trabajo digno, de tener una pareja maravillosa a su lado, de tener buenos amigos y de levantarse cada mañana agradeciendo al cielo de poder correr un día más y poder darle un beso de buenos días a su mujer, marido, gato, perro o hijos. Hay gente que se convence de que no han nacido para ser feliz y por mucho que Coca Cola intente hacérselos creer, ellos no ven más que una multinacional que se ríe de los sueños de la gente, vendiendo un estúpido refresco que encima, es malo para nuestro cuerpo. Como casi todo.
En todos mis tropiezos y derrotas he aprendido algo muy importante. Y es que cuando tienes una convicción, un sueño en el que realmente crees, creces. Crecen tus fuerzas, tus ganas y tu voluntad. La determinación se hace tu aliada y el uniforme de batalla luce más nuevo que nunca. Cada vez que me han dicho que No en cualquier aspecto de mi vida, algo maravilloso venía después. Y aunque han habido momentos inciertos, siempre, salía la luz por la ventana. Para recordarme quién era y para recordarme por lo que me levantaba cada mañana.
Hay personas que lo tienen más fácil que otras. Hay personas que aciertan a la primera. Porque al final, no existe la mala suerte. Solo las malas decisiones. Hay personas que con su primera pareja se casan, tienes hijos y son felices para toda la vida. Que encuentran en la primera carrera que estudian su vocación y futura profesión. Hay personas que se quedan con el primer vestido de novia que se prueban y tienen el mismo coche toda la vida.
Sin embargo, hay personas como yo que tienen que intentarlo una y otra vez. Besar el sabor amargo de la «derrota» pero que cada vez se vuelve más dulce. Porque aprendes. Aprendes de la vida, de tus errores. De tus defectos y virtudes. Potencias tus cualidades y las conviertes en arte. Aprendes a querer mejor y a que te quieran mejor. A no conformarte con menos, a creerte que eres capaz de hacerlo, de lograrlo y de tener otro sueño que cumplir. Aprendes a perdonarte, a no ser tan duro contigo mismo. A perdonar los descuidos de los demás o el mal hacer de esas personas que una vez te dijeron que lo eras todo para ellos. Te haces amiga de la compasión, amenizas con la paciencia y aprendes a divertirte en el silencio de la soledad. De tu soledad.
Me siento agradecida por todos esos «Noes» que he recibido a lo largo de mi vida y por todos los que quedan por venir. Gracias a ellos he conseguido cosas que ni se me habían pasado por la cabeza y he conocido a personas maravillosas que hoy forman parte de mi vida. Incluso de las que ya no están las recuerdo aún con mucho cariño. Deseando siempre desde lejos, que todo les vaya estupendamente. Dicen que cada uno tiene su destino y todo está escrito. Yo creo que lo que está escrito es que no hay nada escrito. El curso de la vida es impredecible. Las oportunidades se crean y la suerte se trabaja. Eres tú el que decide como vivir tu vida. Eres tú el que decide en qué emplear su tiempo, a quién regalar tus besos y tu cuerpo y con quién compartir esta vida. Porque si es cierto que solo tenemos una, más te vale que ya empieces a tomarte esto un poco más en serio.
APRENDIENDO A DECIR NO.
Y para terminar me gustaría acabar con esta reflexión. Si alguna vez soy madre y tengo un hijo/a la primera palabra que voy a enseñarle a decir no va a ser mamá. Tampoco será papá. La primera palabra que voy a enseñarle es: NO.
Es vital esto que digo y fundamental que sepamos decir no. ¿Cuántas veces nos vemos en el compromiso de hacer algo que realmente no queremos? ¿En cuántas situaciones te has visto sin querer estar ahí? ¿Cuántas veces descuidaste tus hobbies, tus pasiones o tus ratos para ti por agradar a alguien?… Léeme bien. A la única persona que tienes que agradar día tras día y segundo a segundo es a ti mismo. No digo con esto que te vuelvas un egoísta insensible y solo pienses en ti. No. (¿Ves? yo sé decir no). Me refiero a que aprendas a decir No a las cosas que no quieres hacer. Aprende a decir No cuando alguien te pida un favor que roza el abuso. Aprende a decir No a ese plan que tanto detestas o a esa cita a la que realmente no quieres asistir. Aprende a decir No cuando algo no te gusta, cuando crees que te explotan en el trabajo o tus hijos se creen que eres la chacha y no su madre. Aprende a decir No a tu estúpido jefe o al incordio de tu suegra.
Di No a lo que no te gusta y dale la oportunidad al Si de hacer de tus días, días que merezcan la pena.
No nos conocemos pero he visto en Facebook que eres amiga de Nereida. Ella y yo estudiamos juntas en el insti. Me ha encantado tu blog, ¿nos seguimos?
Un besito.
¡¡Hola!! Muchas gracias por tu comentario y por seguirme. Me alegra saber que te gusta. ¡¡Claro que si!! Nos seguimos. Un besito guapa!
Me quedo sin palabras Irina… Te he descubierto hoy mismo de casualidad porque alguien ha compartido hoy en facebook tu entrada «La mala costumbre» (Espectacular por cierto), y no he podido parar de leer tus otros posts.
Cada post que leo no podría estar más de acuerdo contigo. Tu manera de ver y sentir la vida es alucinantemente parecida a la mía, y entre tus líneas (Lo que se lee y lo que no) veo reflejado en el fondo cierta angustia con la cual me siento también bastante reflejado. Te entiendo perfectamente. De hecho tú, tus líneas me entienden perfectamente, y no me conoces de nada.
Enhorabuena por el blog!
Reblogueó esto en carzes.