
Me desnudo ante ti. Y ante todos vosotros.
Me desnudo ante este destino que se acaba y tiene prisa por volver. Me desnudo ante este mundo que en ocasiones me aterra y se me antoja demasiado estúpido, demasiado irreal, demasiado cruel. Me desnudo ante aquella despedida que te dejó mi ausencia como recuerdo y ante esos besos que desarman mi cintura cada vez que me haces el amor. Me desnudo ante la adversidad que me hace fuerte y ante esos defectos que desesperan al sol bajo las preguntas de las olas que destapan tu sonrisa. Me desnudo ante ella y ante él. Ante ellos que jugaron a ser valientes en un mundo de cobardes y ante todos los que sin pensarlo, hacen de su empeño un constante latido donde otros viven. Donde otros respiran.
Me desnudo ante la inmensidad de las estrellas y ante el secreto que me contaste mientras tomábamos café. Lo hago despacio, sin prisas, acariciando mis miedos y el olor a miel de tus pestañas. Me desnudo ante la fragilidad de mi piel y ante la coraza de mis dedos que golpean fuertemente el viento para que te lleven lejos, muy lejos de aquí. Muy lejos de mí. Me desnudo sin maquillaje, sin disfraces ni sentimientos concatenados que hablan de perdón. Que hablan de un susurro hecho gritos y bailan en acordes despeinados una canción que se despide en el cielo. Un impulso descarado que se eleva, sin quererlo, en una maraña de voces que solo hablan de nada y de nada hablan sin más sentido que una premisa hecha prisa.
Me desnudo ante tu belleza traviesa, ante la magia de tus abrazos y ante un querer que me mata sin importarme. Me desnudo ante un despropósito social que hace mella a mis sentidos pero aún así, me alejo. No cuenten conmigo. Me desnudo ante un te quiero, ante un gracias y ante un lo siento. Lo hago cada vez que te veo y cada vez que duermes a mi lado. Me desnudo ante el silencio y ante el hambre de unas sombras hecha niños. Ante la incomprensión de esos gritos de un anhelo incontrolado, que respira torpemente por última vez. Me desnudo ante la hipocresía de todos ellos, de todos vosotros y ante la mía propia. Hace tiempo decidí ir desnuda por la vida. Sin adornos, sin pesados cumplidos, sin más equipaje que una honestidad forjada en mis propósitos, en mis palabras y en mi hacer. Me desnudo ante todos los que hacen de la violencia un pretexto perfecto, haciendo trizas el alma de cualquier persona. De cualquier animal, de cualquier ser, de cualquier cosa. O como más te guste a ti llamarlo. De cualquier alma, al fin y al cabo.
Me desnudo cuando sale el sol, cuando la brisa calla y la luna revienta. Me desnudo ante mis miedos y la insensatez de esas ocasiones en las que creo que no puedo. Me desnudo sin más, habiendo hecho los deberes del ayer y viviendo en el presente una chispa futura de deseo. Me desnudo ante las notas de algodón , ante los pasajes con destino a nunca jamás y ante esa tierra a la que le pido que te trague y te escupa en otro planeta (a ser posible). Me desnudo jugando a ser mayor a sumar en menos las ganas de seguir luchando, y dejar en positivo una cuenta que despierta una nevera sin más compañía que la tenue luz que la saluda, cada vez que abre su puerta. Me desnudo ante ese político que no merece mis insultos y ante la avaricia de un saco que se rompe en mil pedazos de lágrimas. Me desnudo a menos uno alzando el decreto que nos hace ser demócratas en un país donde la injusticia y el mal hacer, cuelgan el cartel de se vende.
Me desnudo ante la idea de perderte, de perderme. Me desnudo ante mi impaciencia y ante estos estúpidos versos que sin más, quedarán en el olvido de un memoria permanente. Me desnudo ante la adversidad de que mientras pueda y mientras quiera, seguiré estando aquí.
Fiel.
Latente.
Desnuda.
Para volver a vestirme de VERDAD. Al menos de la mía.
Muy bueno 🙂
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Floricienta: Tu poema es hermoso y fresco, como el mar o la montaña, como una puesta de sol y la brisa que lo acompaña. ¡Sí, es hermoso! Algunos, querida mía, además de negarse la intimidad, luchan por elevar el sol sobre lo oscuro y a distribuir el agua entre los numerosos sedientos de este tiempo cruel y abrasador. Dice Ana Rossetti, en otro hermoso poema que acabo de encontrar: « Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil / territorio de los sueños, donde todos los modos de ternura / que puedas inventar son permitidos, toda tempestad música / y ningún temor es irrevocable».
Me alegro de conocer tu desnudez poética y te felicito. Sigue escribiendo.
Saludos,
Cecilio
Dices verdades tan grandes en cada uno de tus escritos, que no dejan a uno indiferente y consiguen la reflexión en cada uno de tus lectores. De hecho, en mí, a través de la «mala costumbre» conseguí hacer muchas frases tuyas y aplicarlas a mi vida diaria, en un momento en que la «mala costumbre» se estaba apoderando de mi vida. Simplemente GRACIAS por escribir!
Precioso !!!… ♥♡
Bellisimas tus cartas,me encanta lo que escribes.!!! Sigue escribiendo y haciendonos feliz,aunque a veces nos llenes de melancolia.
Me encantan tus palabras, sigue así 😉
Un saludo,
Patricia.
Vaya belleza!! Tus palabras llenan mi alma… enhorabuena.
Si te quieres pasar por mi blog de diseño en wordpress y fiestas temáticas… 😀
hoymecomoelmundo.wordpress.com
A.na!
Reblogueó esto en abarrilado.
Eres muy buena, floricienta!! Me encanta lo que escribes. Expresas todo de una manera especial, auténtica!
Gracias.
Nunca dejes de escribir!!