otoñoEres el equinoccio de mis días y mi estación favorita del año.

Aunque pueda parecer que es ahora cuando marchito, cuando se me caen las hojas ya caducas y el fuerte viento se las lleva lejos, es cuando sin embargo me siento más yo.

Me siento más fuerte. Me siento con más ganas de seguir siendo sin miedo y me siento más cómoda en una desnudez carente de maquillaje, de falsa modestia, de sitios a los que ya no voy , de no querer cumplir más cumplidos y de una agenda que poco asfixia ya mis días. Me despojé de ese afán de querer contentar siempre a los demás y volví a encontrar en mi respiración la mejor de las compañías.

Ahora solo escucho silencio.

Y lleno de paz cada centímetro de mi cuerpo.

La literatura abraza al otoño en un contexto de madurez. El verde de mis pupilas da espacio a un ocre más experto. Mudo de piel pero no de alma y sigo firme sobre unos pasos que conciernen en esencia sorda lo que para ti, una vez fue magia.

Mis raíces se enredan en tu cintura y teniéndote muy cerca te confieso que Te Quiero. Me nutro de lo bueno, bailo cuando nadie me ve y sonrío al sol por haber hecho las paces con la luna. Suscribo la fina línea que mimetiza mi deseo de ser yo la que cuente arrugas a tu lado.

Me alzo sobre un tronco, que aunque herido, es la herencia de mis recuerdos. En él hay pintadas de todo tipo, corazones tatuados y sílabas que solo los protagonistas de aquellas historias lejanas estrujan su sentido. Un tronco que sirve de apoyo para muchas espaldas y un tronco que descansa sobre la tranquilidad de un mar, que aprendió a jugar con las olas sin ahogarse. 

Invierto mis sentidos y me despojo de esas hojas secas que ya poca buena compañía me hacen. Ni siquiera en mis pensamientos. Me concedo la oportunidad de hacer de mis sueños algo más que proyectos futuros. Pongo freno a mis miedos y el otoño me da el vigor para aprender de ellos y ser más fuerte. El viento me cuenta en silencio lo que sí, lo que no y lo que quizás. Desdibujo en mil pedazos todo lo que ayer me hundió mis ganas y me siento agradecida porque hoy puedo decir que ese aire me hizo inmensamente aprendiz.

El otoño huele a nuevas oportunidades y a un sinfín de pretextos que si tú quieres, pueden ser hechos convertidos.

Desnúdate de lo malo y deja espacio para nuevas hojas.

Más bonitas, más certeras, más de ti.

8 comentarios en “Otoño.

  1. “Desnúdate de lo malo y deja espacio para nuevas hojas. Más bonita, más certeras, más de ti.”
    Un final que bien podría ser el prologo de este Otoño, gracias Floricienta por tan bellos escritos, llenos de sentimientos

Aporta tu granito de arena en Floricienta.

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s