Perdí las ganas, el aire y el latido perenne que me hacía sentir que la vida merecía la pena. Perdí el norte y el sur me ahogó en un profundo océano. Me abandonó la sensatez. Le perdí el pulso a la confianza y me llené de nada.
Cuando toqué fondo, supe de alguna forma, que podía seguir haciéndolo. Que había algo más profundo que podía rozar con los dedos de mis pies. Perdí mi esencia, mi nombre, mi luz, mi verbo favorito y la laxitud de esos versos que me hacían sentir bien.
Perdí la esperanza, el mimo, los besos y los abrazos.
Aletargados se quedaron huérfanos de todo aquello que les permitían ser.
Perdí todas las batallas que libré a tu lado.
Pero a pesar de todo, seguía en pie.
Perdí las ganas de amar y ser amada.
Perdí la fe.
Perdí la calma que en algún momento se cansó de tanta tristeza.
Perdí mucho por el camino.
Pérdida tras pérdida se abrían nuevas heridas en el pergamino de mi piel.
Una piel curtida que respira extenuada de tanto aprendizaje.
Necesitaba una tregua pero yo, seguía perdiendo.
Perdí a un ser de luz que durante años fue mi gran compañero peludo de viaje.
Lo que faltaba…
Perdí lo que yo creía que era la felicidad.
Me consumieron la ansiedad, los miedos y los dragones.
Hasta que Daenerys me recordó que ellos, pueden ser nuestros mejores aliados.
Nuestros grandes maestros aunque el fuego queme.
Perdí mi propósito en esta vida.
Olvidé por completo quién era y la certeza de qué tipo de persona quería seguir siendo.
Perdí las ganas de vivir.
Y de seguir cargando en mi cabeza con esa utopía idílica distorsionada de la realidad.
Perdí todo cuanto tenía.
Y cuando ya no tenía nada más que perder, llegaste tú.
A enseñarme que «perder es la mejor forma de ganar».
Ganar en ganas.
Ganar en la magia de las primeras veces.
Ganar perdiendo, dejando atrás todo lo que pesa.
Ganar desapegando de tus pestañas las adherencias que en legañas, no te dejan ver con claridad.
Lo perdí todo
para ganar la mejor versión en la que me estoy convirtiendo.
Es increíble que cada vez que me llega un aviso de una nueva entrada, sea justo lo que necesito leer.
Llegan en el momento adecuado, como si fuera yo realmente la que escribirá cada palabra ( ya me gustaría a mi 😂😂)
No quería dejar pasar este momento sin darte las GRACIAS, así en mayúsculas por todo lo que me haces sentir leyéndote .
Muchísimas gracias Marta. Gracias de todo corazón por hacérmelo saber. Porque créeme que mi gratitud también es inmensa. Un beso enorme 🙂
Gracias Floricienta
Por todo lo que siento cuando leo tus artículos! Un enorme abrazo.
GRACIAS a ti por leerme y estar aquí. Un beso inmenso.