Hoy, hace un mes que te marchaste y aún sigo sin creérmelo. No quiero ponerme triste ni sentir que te he perdido. Quiero hacerte un pequeño homenaje y recordar juntos, los tantísimos buenos momentos que pasamos juntos.
Nunca olvidaré cómo nos conocimos. Éramos unos niños…Yo llegaba del colegio todas las tardes, con aquel horrendo uniforme de falda de tablas, con cara cansada y pelo alborotado. Un tarde, te ví ahí. En el edificio dónde viven mis buelos, mirada de pillo, carita de ángel. Nuestras miradas se clavaron y fueron cómplices de un encuentro inesperado. Pasaron los días y las tardes hasta que al final, amigos en común nos presentaron. Hubo un tiempo en que todo eran risas, quedadas interminables, amigos de nuestros amigos, fiestas, carnavales, pelis, bailes, risas y más risas…
Entre nosotros surgió un sentimiento muy grande, diferente a los demás, especial, único. El amor nos rozó la espalda y nuestras almas y a pesar de todo lo que pasó (algo que siempre quedó entre los dos, en la más bella intimidad), seguimos siendo GRANDES AMIGOS. Una amistad que mucha gente no entendía y nosotros nos reíamos, haciendo caso omiso a las posibles críticas o a los comentarios tan desafortunados. Nos queríamos de una manera pura, sana, incondicional y siempre me hiciste sentir especial, me hiciste sentir tu «chipi», la chica más especial de tu vida dentro de ese sentimiento que sólo tú y yo entendíamos y eso, nos bastaba.
Recuerdo cuándo íbamos un día caminando por San Fernando y yo te dije «Tenemos que llamarnos de una forma especial»…y entonces no encontramos con la tienda de niños Chip&Chop y así fue como pasaste a ser «Mi Chopi» y yo «Tu chipi». De esa manera tan simple, esos nombres pasaron a ser GRANDES referencias para nosotros. Y eso, me encantaba. Recuerdo tantísimas cosas de tí y todas buenas. Jamás recuerdo una discusión, una mala cara, un gesto de remordimiento NADA!!. Porque todo me lo hacías fácil chopi…La vida a tu lado era sencilla, despreocupada, feliz, natural, divertida…El reloj se paraba y todos los que te conocíamos, sabrán de lo que hablo.
Y aunque, a medida que pasaba el tiempo cada uno fue encaminado sus vidas, sabíamos que estábamos ahí para lo que fuese. Recuerdo cuando me llamabas preocupado por algo y yo te aconsejaba, al igual que yo contigo. Me bastaba una llamada para tenerte en la puerta de mi casa. Eras increíble!!!. Este último año ha sido el que menos contacto hemos tenido, al irme a vivir fuera, las llamadas y las visitas eran menos frecuentes pero no importaba. Yo sabía de tí y tú sabías de mí y eso era lo que importaba.
Recuerdo la última vez que te ví. Fue en los carnavales del año pasado. Yo estaba en la acera, viendo la cabalgata pasar (no como antaño, que la recorría y la bailaba contigo y los demás amigos) y de repente te veo a tí. Eufórico, feliz, bailando, sonriente….Me lanzé corriendo a abrazarte y cómo no….tus ojos se te iluminaron y no me olvidaré de esa maldita última vez «Chipiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! » me dijiste y me acogiste en brazos y me lanzaste al aire!!. Siempre te alegrabas de verme y yo también de verte a tí. Nos dijimos que nos llamaríamos, que tendríamos que vernos antes de irme a vivir fuera y bueno, como casi siempre pasan en estas cosas, nunca nos volvimos a ver 😦
Pero como dije, no quiero ponerme triste. Quiero recordarte cómo te mereces, como ese ángel que siempre cuidó de mí y hoy lo hace desde el cielo. Quiero darte las GRACIAS en mayúsculas por todo chopi. Por lo bien que te portaste conmigo, por lo buena persona, amigo, confidente que siempre fuiste conmigo. Por quererme sin pedírtelo y por que, de alguna forma, siempre estuviste a mi lado, apoyándome, defendiéndome, queriéndome….
Espero haber estado a la altura y sé que sabes lo mucho que yo también te quería a tí. Me encantaría poder poner una foto de los dos pero bueno, perdí todas nuestras fotos en un antiguo ordenador que tenía y me fastidia tanto….Pero lo bueno, es que las tengo todas en mi corazón. No las necesito para recordarte, ni tampoco para saber los tantísimos buenos momentos que hemos vivido juntos.
Todos, tu familia, amigos y yo, nos sentimos muy orgullosos de la gran persona que fuiste en la Tierra. Estoy completamente segura, que a los de «ahí arriba» no les habrás defraudado 😉 Ahora mismo, sólo deseo una cosa y es que….cuando yo me vaya, de camino al cielo, espero que me recibas con esa bella sonrisa que sólo tú tenías, con los brazos abiertos y me des un buen abrazo. De esos que sólo tú sabías dar y te hacían sentir, lo feliz que te ponías al verme, lo feliz que me ponía, al verte.
Gracias por tantísimos maravillosos momentos.
Jamás te olvidaré.
Hasta siempre Chopi…


Replica a Náyade Cancelar la respuesta