Toca hacer balance de un año que termina. Un 2014 que se nos escapa de entre los dedos y que en unas horas, dará paso a un nuevo año con nombre de 2015. Quince. Un número que la historia hizo mágico cuando se extendió con el apodo La niña bonita con la llegada de la Segunda República Española. «Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la mano»-proclamaba Antonio Machado mientras ondeaba, con un grupo de republicanos, la bandera en el Ayuntamiento de Segovia.
Hoy toca vestirnos de nuestro mejor yo, mirarnos al espejo y ser honestos con lo hemos hecho y con lo que hemos dejado de hacer. Debería ser un ejercicio diario pero la pereza y la ya resabida mala costumbre, hace que esta tarea se quede en el cajón del olvido. Pero por suerte llega el 31 de diciembre para recordarnos quiénes somos o quiénes queremos ser (o seguir siendo) durante los próximos 365 días de un año que asoma la nariz. Un año que pretende siempre ser mejor, un año donde nuestros sueños seguro que se cumplen, y un año donde las ganas se hacen fuertes el 1 de enero. Nosotros, creyentes fervientes de las uvas de la suerte, volvemos a confiar en la fortuna y en la magia de una noche, que aunque para muchos es una noche cualquiera, para otros, se convierte en el punto de inflexión entre nuestra antigua vida y la nueva. Honestamente y aquí en voz bajita (cuando nos miramos al espejo) sabemos que nuestra vida sigue siendo la misma. Sin más magia que un querer, que un poder y que una intención suprema de creer en ti. En los demás y en esta vida que a veces, es muy puta. Pero bonita. Porque mira que a ratitos, es bonita la jodía.
¿Y no es eso lo importante?
¿No es eso con lo que debemos quedarnos, meter en nuestra mochila y avanzar en un nuevo año que se nos antoja diferente?
Mi mochila está llena de cosas bonitas. De cosas bonitas que durante el 2014 he ido recogiendo durante el camino. Personas maravillosas, anécdotas que me han engrandecido mi corazón; experiencias que me hicieron ser más fuerte y lágrimas y sonrisas que dibujé para siempre en el fondo de mi alma. ¿Hubo malo? Por supuesto. Personas que se fueron y ausencias que no conocerán más consuelo que el aprendizaje de aceptar y asumir, una vida sin ellos. Una vida sin él.
Pero como digo, mi mochila, está llena de cosas bonitas. Y aunque lo malo fue muy malo, lo bueno fue mejor. El 2014 me presentó a uno de los amores de mi vida. Los otros, llevan conmigo desde hace mucho tiempo: mis padres, Fresa y Coco, mi familia y mis fieles amigos. Hablo de él, del hombre que enamoró a Floricienta y a Irina. Del hombre que lo sigue haciendo cada día y con el que vivo entre estrellas y mariposas desde que lo conocí: GRACIAS DAMI.
El 2014 me llenó la mochila de cosas bonitas. De personas maravillosas que llegaron con «La mala costumbre» a este blog y que gracias a ellas y a ellos hoy, El Rincón de Floricienta, es un lugar mágico. GRACIAS DE CORAZÓN. Me regaló a una gran amiga, Lili, que desde un primer momento me dio su amor y su amistad sin condición.GRACIAS LILI, gracias hermanita. También a mi querido Alexis,que con su propuesta de entrevista, hizo un hueco en mi corazón para siempre. GRACIAS ALEXIS. Mi gran amigo Ayose, que aunque ya nos conocíamos desde hace mucho, vio en Floricienta una luz a la que él sin saberlo, aportó mucho más de lo que cree. GRACIAS AYO. Ana Belén, mi runner favorita. Una mujer increíble que gracias a Floricienta, Irina pudo conocer y acercarse a ella un poquito más cada día. GRACIAS AFRIKANA. Muchos son los nombres que dan vida a esas cosas bonitas que 2014, dejó en mi mochila. Personas que desde muchas partes del mundo me han llenado el alma y el corazón y que me empujan a seguir escribiendo, y a seguir creyendo este proyecto: Patricia (de «entresuspirosyuncafé»), María de Portugal, Chela, Montse, Kevin, Adri (de proteinallday),Óscar (mi ángel de la guarda), Javier, Bego, Desireé, Claudia, Yadir, Chela, Mof, Teresa, Pedro, Laura, Sam, Luciana, Nina, Helena, Azahara, Ernesto, Alejandro, Carol, Angélica, Cristina, ¡¡¡Qué importa!!! (no sé su nombre jeje), Sara, Lari, Mayte, Marta, Mónica, Antonio P, Laureano, Andrés Conte, Bertín, Lorena, Carmen, Nelly, Gloria, Malenita, Gralo6, Angie, Dagarín, Paula, María Teresa, Nawin, Tere, Davidrd7, Tonino, Manu, Catalina, Pao y un larguísimo etcétera de personas increíbles que forman parte de Floricienta y ya, de mi vida. Pido disculpas por los que no he nombrado, ojalá pudiese hacerlo con todos y con todas pero de corazón les digo, que absolutamente todos los que han pasado por aquí de cualquier forma, se pueden dar por aludido y aludida. Gracias también a todos los medios de comunicación que durante este año, contaron con Floricienta: entrevistas, publirreportajes, minutos compartidos en programas de radio, proyectos que están en camino y que con mucha ilusión, verán la luz pronto.
En lo profesional, 2014 también me ha llenado la mochila de cosas bonitas. Un trabajo que me ha permitido conocer a personas increíbles y que de compañeros, han pasado a ser grandes amigos. GRACIAS A TODOS.
La montaña me ha dado también muchas alegrías este año. Nunca pensé que sería capaz de correr más de tres kilómetros y este año me estrené en la modalidad de maratón. 44 kilómetros de montaña en mi isla querida: una experiencia inolvidable. Y después de esa vinieron más carreras, más maratones, más metas que poco a poco conseguí alcanzar y aunque aún me queda mucho, la montaña me ha regalado en este 2014 confianza en mí misma, amigos y compañeros maravillosos y una vida que no cambio por nada.
Berni y María, los hermanos de Dami y hoy, parte de mi familia y de mi corazón (junto con sus padres). GRACIAS POR TODO. Gracias también a todos esos amigos que he podido conocer, y aunque a muchos por la distancia no he tenido el placer de abrazarlos, sé que están ahí y me llenan de amor y de alegría. Dami no solo me ha hecho la vida más grande con su presencia. También, con la de todo su mundo.
Un año que termina, un año que en unas horas quedará por siempre guardado con mucho cariño y recelo en la retina de mi memoria. Un año que se llevó lo que sobraba, que limpió «mi salón» de esas personas que ya no tenían sitio; un año que se llevó a mi abuelo y a un ángel llamado Liliana; un año que me ha hecho crecer y creer más que nunca. Un año donde mis padres han seguido siendo el pilar más importante de mi vida. Un año donde he seguido contando con la mejor familia del mundo; donde los amigos de siempre han seguido estando presente y donde muchos nuevos, se han querido subir a mi tren. GRACIAS, e infinitas GRACIAS a todos los que han formado parte de mi 2014.
El 2015 será el año de las cosas bonitas. Lo sé y así se los deseo con todo mi corazón.
Gracias por ser parte de Floricienta y de mi vida.
FELIZ AÑO BONITO 2015.

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